Calamares y Seres Humanos

Los calamares no son criaturas que atraigan la atención de la mayor parte de la población. No existe una amplia información sobre ellos en comparación con otros tipos de fauna marina, y por lo tanto, se desconocen ciertos aspectos de su ciclo de vida. El escaso interés por aprender sobre ellos, permite que los falsos mitos continúen difundiéndose de generación en generación.

Culturalmente, este cefalópodo ha sido parte de series televisivas, caricaturas y obras literarias que no los han colocado en la mejor de las posiciones. Para muchos seres humanos, un calamar es un ser peligroso con una extraña forma anatómica que podría herir a cualquiera que se interponga en su camino. Esto es totalmente falso, pues ni los tentáculos de calamar ni su tinta ponen en peligro la vida de una persona.

Pocas especies como el calamar de Humboldt, el calamar gigante y el colosal, podrían representar una amenaza, pues su nivel de agresividad o su tamaño y fuerza superan por mucho los mecanismos de defensa natural del hombre. Los ataques no son nada frecuentes y rara vez podrían ser mortales, pero lo que sí, es que llegan a ser algo dolorosos, según testimonios de buzos que han vivido tales experiencias.

Por un lado, los téutidos son valiosos para la investigación y la educación, y por otro, son valiosos para la alimentación y ¡la joyería! Aunque se lea muy extraño, muchas tribus primitivas utilizan las formas redondas de las ventosas de los calamares como anillos para adornar las manos.

Tribus primitivas utilizan las ventosas de los calamares como anillos para adornar las manos.

Por otra parte, a pesar de que el mar es parte de su hábitat natural, residentes y turistas se han atemorizado por elevados números de calamares en las orillas de las playas donde acostumbran nadar. Esta supuesta “invasión” de calamares se suscitó hace unos cuantos años en las playas de San Diego, California con la especie Dosidicus gigas, mejor conocida como calamar de Humboldt.

La alerta se originó a raíz de la mala reputación que tiene dicho animal hacia las personas (son llamados “diablos rojos” por su color y agresividad). Los testimonios de que atacaron a buzos en repetidas ocasiones, fue suficiente para que nadie deseara compartir el agua con ellos.

Entre las explicaciones emitidas por los especialistas ante este hecho, estuvo la relacionada con la falta de alimentos, lo que los obligó a buscar presas en otras regiones más cercanas a los asentamientos humanos. El calentamiento global y la reducción del número de depredadores fueron otras teorías que intentaron ponerle fin al misterio de la inesperada visita masiva.

Existen videos en la red mostrando a calamares atacando a buzos profesionales o grandes submarinos que se adentran al mundo acuático para la investigación. Tales hechos son manejados de manera impactante, como noticia insólita e inconcebible; sin embargo, esto ocurre con muy poca frecuencia y hasta la fecha no se conoce de manera oficial la muerte de un humano a causas del ataque de un téutido. Simplemente es un animal defendiéndose ante una presencia desconocida que le causa temor o curiosidad.

Calamares en la gastronomía.
Aros de calamar, parte de la gastronomía de varios países del mundo.

Pasando a temas gastronómicos, los calamares son parte del menú de varios restaurantes alrededor del mundo. Durante las temporadas vacacionales, la demanda de aros de calamar y ceviches aumenta considerablemente, por lo que el número de ejemplares capturados incrementa.

Katsu ika es el nombre de un famoso platillo japonés que genera polémica por su cruel forma de preparación…

La tinta de los calamares sirve como colorante para diversos platillos, especialmente pastas o el famoso “calamar en su tinta”. La tinta viene en presentaciones en aluminio o vidrio; ya sea en polvo, líquido o pasta, y puede conservarse hasta un año en las condiciones adecuadas. Existen varios precios de tinta de calamar de acuerdo al contenido del recipiente, pero pueden encontrarse pequeñas piezas en bolsa a tan solo 13 pesos mexicanos.

Katsu ika es el nombre de un famoso platillo japonés que se podría traducir como “Calamar bailarín”. Esto se debe a que el calamar ya cortado en pedazos, se mueve cuando se le vierte un líquido sazonador. Esta es una forma bastante cruel de presentación gastronómica, y también de preparación, pues antes de ser servidos en el plato, son cortados vivos.

Rusia, Portugal, Filipinas, Corea, China, Croacia, India, entre otros países, comparten el gusto culinario por los calamares cocinados de diferentes maneras.

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