Calamar de Humboldt

Dosidicus gigas

Este peculiar calamar es conocido por varios nombres, siendo los más conocidos: jibia gigante, pota o potón del Pacífico, calamar jumbo o diablo rojo.

Se distingue por tener un comportamiento agresivo hacia los seres humanos, pero se dice que esto se relaciona con sus interrupciones en la alimentación.

Descripción

Es un espécimen de piel rojiza que al observarse debajo del agua puede lucir un tono pálido grisáceo.

Alcanzan una longitud de manto de 1.9 m, lo que representa alrededor del 40 % de su masa, mientras los tentáculos representan aproximadamente el 14 %. A pesar de no ser los más grandes del mundo, tienen las mayores medidas entre los miembros de la familia Ommastrephidae, coloquialmente llamados potas.

Los tentáculos contienen hasta 200 ventosas con puntiagudos dientes con los que sostienen a sus presas.

Los tentáculos contienen hasta 200 ventosas con puntiagudos dientes con los que sostienen a sus presas y evitan que escapen. Sus aletas son en forma de diamante y son efectivas para un excelente nado y deslizamiento.

Desarrollan cromatóforos, es decir, células con pigmentos que les permiten modificar su color como método de supervivencia. Es por esta razón que lucen de un color rojo brillante al momento de ser capturados por los seres humanos; de ahí su nombre “diablo rojo”.

Distribución y hábitat

Se distribuyen en diferentes latitudes del océano Pacífico oriental, abarcando desde el norte de Alaska, pasando por Canadá, Estados Unidos, México, Honduras, Guatemala, Costa Rica y Perú.

Es una especie migratoria que últimamente ha cambiado su trayecto por los eventos del fenómeno climático conocido como El Niño, el cual modifica las aguas del norte elevando su temperatura. Pueden viajar 100 km en un período de 4 días.

Información sobre la jibia gigante.
Calamar de Humboldt – Dosidicus gigas / Autor de la imagen Rick Starr, NOAA.

Comportamiento

Son criaturas marinas sociales que se agrupan en un máximo de 1,200 individuos que viajan aproximadamente a 6.7 m/s, pero por lo general los grupos contienen entre 40 y 200 calamares.

Utilizan señales visuales como forma de interacción y modifican su color de acuerdo a la situación en la que se encuentren. Según la documentación recabada, el color rojo significa mayor agresividad, lo que sirve como advertencia para otros organismos de su alrededor.

Alimentación

Se sumergen a profundidades de 250 m durante el día y cerca de la superficie durante la noche, algo que también es muy característico en varias especies que son parte de su alimentación, por lo que se cree que los calamares de Humboldt realizan esta variación de profundidades con el fin de seguir a sus presas. Este cambio de zona epipelágica en la noche y zona mesopelágica de día se le conoce como migración vertical.

Se sumergen a 250 m durante el día y se mantienen cerca de la superficie durante la noche.

Utiliza sus ventosas para atrapar su alimento y llevarlas a su boca en forma de pico afilado.

Su dieta es a base de camarones pelágicos, peces linterna, pulpos, otros tipos de moluscos incluidos calamares, sin importar si se trata de su misma especie.

Reproducción

Sus hábitos reproductivos son pocos conocidos pero se sabe que se reproducen una vez en toda su vida. Aún no se conocen los huevos de esta especie pero se han observado unos cuantos apareamientos cerca de la superficie.

No se sabe si el buen desarrollo de sus ojos o cromatóforos tengan una participación en el proceso de cortejo, pero los científicos lo han considerado.

Amenazas

Cachalotes, lobos marinos y grandes peces son sus principales depredadores naturales.

El calamar de Humboldt tiene un gran número de rivales en su hábitat. Entre los principales se encuentran los cachalotes, tiburones, focas, peces espada, marlines, grandes atunes, lobos marinos y calderones tropicales. También las gaviotas representan una amenaza, especialmente para los más jóvenes.

Para defenderse de las agresiones, Dosidicus gigas hace uso de la tinta contenida en su bolsa con el fin de reducir la visibilidad de su presa y así tener tiempo para escapar.

No existen estimaciones sobre la cantidad de ejemplares que viven actualmente, por lo que no se puede determinar un estado de conservación para este molusco cefalópodo, sin embargo, es posible que estén atravesando un riesgo de sobreexplotación pesquera que no se esté tomando mucho en cuenta.

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