Especies de Calamar

Los calamares son moluscos cefalópodos carnívoros que pertenecen al superorden de los decapodiformes (especies con diez brazos, ocho cortos y dos largos) y al orden Teuthida, razón por la que se denominan téutidos.

No son animales marinos muy populares como los delfines o tiburones, y es por ello que se desconocen muchos aspectos de su vida y su número de especies, las cuales se estiman en poco más de 300, todas ellas ordenadas en 29 familias, aunque algunos lugares del océano profundo aún no han podido ser explorados por el hombre, cabiendo la posibilidad de que existan aún más.

Cuentan con dos subórdenes llamados Myopsina y Oegopsina. Dentro de Myopsina existen dos familias (Australiteuthidae y Loliginidae) entre los que destacan el calamar europeo (Loligo vulgaris) y el Lolliguncula brevis (Atlantic brief squid en idioma inglés). Y dentro de Oegopsina existen 27 familias de donde pertenecen los cránquidos o calamares de cristal, los magnapínidos quienes presentan largos muy delgados y extremadamente largos, y los architéutidos, representantes de los calamares gigantes, por mencionar algunos ejemplos.

Existe alrededor de 300 especies de calamares, todas ellas ordenadas en 29 familias.

Entre esas variadas especies se encuentran calamares de varias formas, colores y tamaños. El más grande de ellos, hasta el día de hoy, es el calamar colosal (Mesonychoteuthis hamiltoni) con un máximo de 14 m de longitud y un peso que puede superar los 700 kg. Seguido de él, tenemos al calamar gigante (Género Architeuthis) con un promedio de 10 m.

Los hay de tamaño mediano como el calamar de Humboldt (Dosidicus gigas) con sus casi dos metros de largo y el calamar diamante (Thysanoteuthis rhombus) que presenta un manto de 1 m de largo y un peso corporal de 30 kg. Su nombre alude a su forma anatómica, pues sus dos grandes aletas, una en cada lado, forman una especie de rombo o diamante.

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También abundan los calamares pequeños como el Sepioteuthis sepioidea (llamado Caribbean reef squid en idioma inglés) quien posee tan solo 20 cm de longitud. Este último es considerado uno de los ejemplares más llamativos, pues su piel contiene pequeñísimas manchas redondas de distintos tonos que resaltan cuando el individuo controla los cromatóforos para cambiar su coloración. Se observan como criaturas tornasol con un brillo hermoso.

Otro pequeño calamar denominado científicamente como Sepiola atlantica, es encontrado  en el océano Atlántico y presenta tan solo 21 mm de longitud de manto. Su piel está cubierta de manchas marrón, posee brazos cortos y unos grandes ojos que no pueden pasar desapercibidos.

Algunos cuentan con bolsas o sacos de tinta tal como la mayoría de los pulpos, los cuales permiten la liberación de un pigmento oscuro que es efectivo para evadir a los depredadores, pero no todos los calamares cuentan con este mecanismo de defensa. Por ejemplo, el calamar vampiro (Vampyroteuthis infernalis) no cuenta con ello, pero sí con un moco pegajoso con partículas brillantes con el que tienen un tiempo de hasta de 10 minutos para escapar. El Vampyroteuthis infernalis está estrechamente relacionado con los pulpos y posee una de las anatomías más extrañas entre los miembros de su orden taxonómico.

El calamar volador se caracteriza por su capacidad para deslizarse fuera del agua y “volar” varios metros en forma grupal.

Aunque parezca increíble, también abundan en el océano los calamares “voladores”, pertenecientes a la familia Ommastrephidae, que a su vez se divide en tres subfamilias, 11 géneros y 20 especies. Se caracterizan por su capacidad para deslizarse fuera del agua y “volar” varios metros en forma grupal, algo que ofrece un espectáculo natural fascinante, pero muy poco conocido por la mayoría de los humanos debido a que se efectúa en aguas oceánicas.

Realmente no son peligrosos para el hombre, a menos que se trate de los especímenes más grandes, los cuales se mueven con mucha fuerza y agilidad. Algunos casos de ataques a pescadores y submarinos han sido registrados, pero esto se explica como un acto de curiosidad, más que un comportamiento agresivo para saciar su hambre.

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